Lo que faltaba, ya no solo las ambulancias se trenzan en carreras desbocadas por todas las vías de la ciudad, se meten por donde no caben, desconocen los semáforos y ponen en peligro la integridad de otras personas para llegar primero al sitio donde ocurrió un accidente, ni que prácticamente se agarran de las mechas con el que sea necesario con tal de montar el herido al vehículo; sino que son omnipresentes, como las llamó la Contraloría General de la República.
Según esta entidad de control, hay documentos y testimonios según los cuales varias ambulancias recogieron dos y en algunas ocasiones hasta tres personas heridas en accidentes de tránsito supuestamente ocurridos el mismo día, exactamente a la misma hora y en sitios completamente distintos.
Lo grave de esto es que no parece ser un error involuntario en el registro de los datos, ni un hecho aislado y cumplido por el personal de una ambulancia cualquiera, sino que es una estrategia ideada y llevada a cabo con el único propósito de esquilmar los dineros de la salud.
De acuerdo con lo informado por la Contraloría General, se detectó que en 81 oportunidades una misma ambulancia supuestamente recogió dos personas distintas, en dos accidentes de tránsito ocurridos a la misma hora y en polos opuestos de la ciudad, y, que, increíble, en cuatro oportunidades un vehículo de esta naturaleza, recogió a tres personas en tres accidentes diferentes ocurridos a la misma hora y en sitios completamente distintos de la ciudad.
De nada sirvió, al parecer, que la Administración Municipal reglamentara la prestación del servicio de ambulancias en los accidentes de tránsito, le pusiera orden a la guerra del centavo en la atención de los accidentes y evitar ese horrible mercado de los heridos que son llevados a donde mejor les paguen a los conductores de estos vehículos.
Al parecer lo que ya no pueden hacer, lo reemplazaron cobrando unos servicios que no han prestado y que como si fuera poco los cobran multiplicados por dos y por tres, según el descaro, no importa que los documentos que los sustenta y que es la base para el pago de los servicios, sea contraevidente.
Estas ambulancias que fueron encontradas engañando al Gobierno, y las empresas a las cuales pertenecen o están afiliadas, deben ser retiradas unas y otras definitivamente de la lista de entidades y vehículos habilitados para atender las emergencias viales. Una persona que hace o facilita esto, fácilmente es capaz de certificar un muerto que no existió y quien sabe que otras cosas.