Hoy todo el que quiere va y viene, en las narices de los guardas de tránsito, por el carril exclusivo del Megabús, sin que siquiera se les requiera o se les llame la atención.
Esta semana un irresponsable conductor de una buseta causó un trancón monumental en la calzada sur de la avenida 30 de Agosto. El vehículo se quedó bloqueado al intentar pasarse de la calzada destinada para la circulación de los vehículos tradicionales, a la reservada para el tránsito exclusivo del Megabús.
El vehículo se quedó atascado, al intentar superarlo, en el muro que separa la calzada de los articulados con el espacio para el tránsito tradicional, ocupando parte de ambas vías y por tanto obstaculizando el normal flujo de vehículos por la 30 de Agosto con el consecuente trancón que sufrieron los habituales usuarios de esta vía.
La calzada exclusiva del Megabús fue diseñada y construida con el propósito, de un lado permitir que los articulados pudieran circular sin ningún tipo de obstáculos y rápidamente para poder cumplir con la finalidad de llevar de un lado a otro los ciudadanos en el menor tiempo posible y con la mayor puntualidad; sin embargo, la falta de cultura, la indisciplina ciudadana y la incapacidad de las autoridades para controlar los desmanes, han llevado a que nada de esto se cumpla.
Basta pararse unos momentos en cualquier parte del recorrido del Megabús tanto en Pereira como en Dosquebradas, para observar que por el carril exclusivo circulan sin ninguna razón toda clase de carros, motos, motocarros, taxis, bicicletas, patinetas, ambulancias que no van prestando un servicio, sin embargo llevan las luces de emergencia prendidas y hasta los conocidos polizones que a bordo de una bicicleta hacen todo el recorrido del Megabús pegados de los articulados; sin que ninguna autoridad lo impida.
Todo esto con un agravante para la seguridad vial y es que quienes recurren a esta trampa no solo circulan a gran velocidad, sino que no respetan las luces de los semáforos como si estos no operaran para el Megabús, con el correspondiente riesgo para los peatones que cruzan la vía atendiendo las luces que les permite cruzar.
Lo peor de todo esto es que todo ocurre a los ojos y con la complacencia de las autoridades de tránsito. Hoy todo el que quiere va y viene, en las narices de los guardas de tránsito que solo parece preocuparles que se cumpla el pico y placa, por el carril exclusivo del Megabús, sin que siquiera se les requiera o se les llame la atención.
Mientras el carril del Megabús siga teniendo la característica de exclusivo para los articulados del sistema de transporte público y eventualmente para los vehículos de emergencia, las autoridades de tránsito tienen la obligación de controlar su utilización y garantizar que ningún vehículo, distinto a los autorizados, lo utilice.