Como siempre la visita de un alto funcionario del Gobierno Nacional y más si se trata de un miembro del gabinete ministerial, es, además de importante, fundamental para las inmensas necesidades que tienen las regiones y que la mayoría de las veces solo con el apoyo nacional es posible atenderlas.
Por eso, el Departamento y en general el Eje Cafetero recibieron con expectativa la nueva visita que realizó la semana pasada el Ministro del Deporte. Se esperaba, ante la proximidad, cada vez más cercana, de la realización de los Juegos Nacionales y Paranacionales, que el funcionario trajera noticias más concretas en torno al papel del Gobierno Nacional en este compromiso con el país.
Sin embargo, nada distinto a lo que ya se sabe y que han dicho no solo el Ministro en las visitas anteriores, sino todas las comisiones de seguimiento y evaluación, creadas por el Ministerio, que han venido una y otra vez a la Ciudad y al Eje Cafetero, desde el 2020; se escuchó en esta oportunidad .
Que el Gobierno Nacional está comprometido con los Juegos, que ya se le hizo la solicitud a Planeación Nacional y al Ministerio de Hacienda para empezar los trámites y dejar granizados los recursos para la construcción y adecuación de los escenarios deportivos, y que hay que presentar los proyectos en fase 3 para que ese ministerio comprometa recursos de vigencias futuras.
Que estos serán los primeros juegos verdes en la historia del país, que no habrá uso de plásticos de un solo uso ni de icopor, que se sembrarán árboles y que habrá campañas entre los atletas, sus delegaciones y los asistentes para crear conciencia sobre el adecuado manejo de los residuos sólidos.
Todo esto, por supuesto, bienvenido; pero qué bueno que el Ministro hubiera traído la noticia de cuántos recursos están en el presupuesto de este año para las inversiones que son necesarias, cuánto quedará en vigencias futuras y qué garantía hay de que el próximo gobierno respete los recursos que quedan pendientes.
A nadie escapa que a este gobierno y por supuesto al ministro Herrera le quedan menos de 170 días, que todo cambio es traumático y que si los proyectos no quedan caminando y muy especialmente los recursos asegurados, los proyectos se pueden enredar e inclusive perder.
Mientras el nuevo gobierno y el ministro que llega se acomoda, conoce su cargo, se entera de lo pendiente, se forma un criterio, está de acuerdo con seguirlo adelante y toma la decisión de hacerlo, están los Juegos encima y no hay tiempo de hacer o terminar las obras necesarias para la buena realización del evento.
Esto es lo que ha pasado en casi todos los Juegos. Se demora el inicio de los trámites, no se hace a tiempo la destinación de los recursos, no se asegura el dinero, hay cambio de funcionarios, más los acostumbrados retrasos de los contratistas, y, lógicamente, hay que realizar el evento sin las obras terminadas.
No dudamos del compromiso del Ministro con los Juegos y con la región, más siendo él de esta zona, tampoco de su promesa presupeustal; pero la región necesita más agilidad en los trámites, más seguridad de los recursos actuales y futuros, y que las obras se inicien inmediatamente, si es que se quieren unos juegos como los que el Eje Cafetero está acostumbrado a hacer.