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Pereira
martes, octubre 3, 2023

Mucho de imprevisión

Ayer la naturaleza y la imprevisión se volvieron a ensañar con la ciudad. Al amanecer la ladera norte del río Otún a la altura de la calle 27, se vino abajo taponando el río y sepultando algunas de las humildes viviendas que se han instalado, a pesar de los altos riesgos de la zona y de las dolorosas experiencias vividas en el pasado, a lo largo de la margen del río.

A la hora de escribir estas líneas las autoridades habían reportado media docena de viviendas sepultadas, quince personas muertas, al menos tres desaparecidas, cerca de treinta trasladadas a los distintos centros asistenciales de la ciudad, 64 viviendas evacuadas y muchas familias afectadas por la emergencia.

Lo más doloroso de esto es que no es la primera vez que la ladera del río se desprende y causa una tragedia de esta magnitud. Ya la montaña se ha venido encima sobre las viviendas que están a lado y lado del río e inclusive el mismo pedazo de ladera ya había sepultado en la pasado algunas viviendas que estaban levantadas en lugar que ayer fue tapado por las toneladas de lodo y piedra que cayeron sobre el lugar.

La pregunta necesaria es por qué si  allí ya se había producido una tragedia y esta zona está catalogada desde hace mucho tiempo como de alto riesgo, y además ya había advertencias sobre los posibles efectos de la ola invernal que ha azotado la ciudad en los últimos días, se permitió que estas personas se instalaran nuevamente allí.

Aquí hay sin duda una falta de previsión que no tiene explicación. Según las informaciones preliminares lo que causó el nuevo deslizamiento fueron algunas filtraciones en el canal de conducción del agua que pasa por la parte alta de la montaña y esto mismo ya había causado en el pasado el mismo deslizamiento y una tragedia similar.

Si se sabe que por el tiempo de construcción el canal puede presentar fisuras y filtraciones de agua, por qué no se tuvo un plan de seguimiento a la obra y de reparación que garantizara que no había esas fugas que sumadas a los constantes aguaceros, pudieran falsear la  montaña y provocar un derrumbe como el de ayer.

Igual se puede decir de las viviendas que había construidas a la orilla del río y en la zona  señalada como de alto riesgo. Si en ese punto ya había ocurrido una tragedia, por qué se toleró e inclusive se patrocinó, dándoles servicio de agua y energía a las viviendas que hoy ya no están.

De todas manera, ya la tragedia golpeó a decenas de familias humildes de la zona del río y enlutó la ciudad. Ahora lo que hay que hacer es extremar todas las medidas preventivas incluyendo el no uso de canal de conducción y la reubicación total de las viviendas que están en zona de alto riesgo, para que un hecho como el de ayer no vuelva a suceder.

Para estar informado

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1 COMENTARIO

  1. Eso pasa cuando las autoridades no hacen cumplir la ley , cuando las personas buscando un sitio donde vivir , no importa donde sea , invaden un lugar peligroso. Y las autoridades no actúan , después todos nos lamentamos,

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