En los últimos días estudiantes de varios colegios del vecino municipio de Dosquebradas han realizado marchas y distintas manifestaciones de protesta porque, según sus organizadores y voceros, en sus centros educativos no hay aseadoras, o porque hace falta un reductor de velocidad a la salida de alguno de ellos, o porque es deficiente la dotación deportiva, o porque las mallas de cerramiento están despintadas, o por otras cosas menores.
Claro que no es malo que los estudiantes se preocupen por el aseo y el orden en sus colegios, que quieran tener todos los muros y los cerramientos bien conservados y pintados, que aspiren a que los elementos para sus prácticas deportivas sean suficientes y no falten, y que los inquiete su seguridad al momento de ingresar o salir de la institución; esto hace parte de su bienestar.
Sin embargo, que bueno que en vez de protestar porque aún no hay aseadora, lo hicieran porque no han llenado la vacante en algún docente; o que en vez de pedir un reductor en la vía del frente de la institución, pidieran policía para controlar a los vendedores de droga que se agolpan en las cercanías de todos los colegios; o que en vez de marchar porque no hay suficientes balones o porque la malla no está pintada, elevaran carteles solicitando mejor calidad en la educación que están recibiendo.
Dice una estudiante consultada por este medio, que por falta de la aseadora no pueden seguir perdiendo más tiempo porque al final del año no van a cumplir con la intensidad académica que exigen el Ministerio de Educación y las autoridades educativas del Municipio; pero que bueno que esa misma preocupación la tuvieran por los días perdidos con unas protestas que no se compadecen con los motivos que esgrimen.
Por supuesto que lo ideal es que todos los centros educativos tengan unas excelentes edificaciones, que estén construidas en lugares que no ofrezcan el menor riesgo para los estudiantes, que estén dotadas de muy buenas canchas para la práctica de los distintos deportes y tengan de sobra elementos para esto, y que cuenten con el personal administrativo y operativo suficiente para que luzcan relucientes; pero hay que tener en cuenta que los presupuestos son limitados, que los procesos de contratación son lentos y que no siempre se puede tener todo lo que desea.
Esta bien, pues, que los estudiantes de nuestros colegios se preocupen por sus condiciones locativas y para que estos tengan disponibles los elementos básicos para su labor de educación y formación; pero lo que los debía realmente inquietar y eso si ser motivo de marchas y protestas, es la calidad de su educación, el cumplimiento del calendario académico y la protección de las que si son unas reales amenazas para la vida de los niños y jóvenes estudiantes, como son las drogas y las bandas criminales.