El lunes pasado el Gobierno Nacional radicó en el Congreso el proyecto que contiene el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 “Colombia, Potencia Mundial de la Vida”, el cual será la hoja de ruta del gobierno Petro en los próximos cuatro y que contempla una inversión de 1.054 billones de pesos, monto establecido en el Plan Plurianual de inversiones.
El proyecto deberá ser discutido y aprobado por el Congreso antes del próximo 7 de mayo y de no ser así el Presidente de la República tendrá la facultad de ponerlo en vigencia mediante la expedición de un decreto extraordinario con fuerza de ley.
Independiente de la exclusión de decenas de obras y proyectos en todo el país, que inclusive son vitales para muchas regiones y no pocos tienen contratos de ejecución firmados e inversiones gigantescas ya hechas, preocupa la suerte de Risaralda en el plan de inversiones que contempla el Plan de Desarrollo.
A pesar de que quedaron incluidos algunos proyectos considerados fundamentales para el Departamento y la región, como la Plataforma Logística del Eje Cafetero, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, el Tren de Cercanías, el Tren del Pacífico y las Vías del Samán, otros no menos importantes y sobre los que había la promesa oficial de apoyarlos, no aparecen en el documento.
El presidente Petro durante su campaña prometió sacar adelante el traslado del Batallón San Mateo para convertir su terreno en un gran parque que sea pulmón de la Ciudad y punto de disfrute de los ciudadanos; sin embargo, este proyecto no aparece en el Plan de Desarrollo. Igual sucede con el Hospital de Alta Complejidad, iniciativa que tiene aval del Confis y fue aprobado por un Conpes; con el Archivo Museo y con el Salado Consotá, ninguno está incluido en el documento del gobierno.
Se dirá que el proyecto para la construcción y dotación de Hospital de Cuarto Nivel fue declarado de importancia estratégica por el Conpes y tiene un Convenio Interadministrativo vigente con el Ministerio de Protección Social, y por tanto no necesita estar en el Plan de Desarrollo; pero para nadie es ajeno que lo que no aparezca en este documento no podrá tener viabilidad para el desembolso de los recursos.
Mal le fue, pues, al Departamento en el proyecto que ha puesto a consideración del Congreso el gobierno Petro. Ni siquiera lo que el mandatario se comprometió en campaña, está incluido en el texto, y lo poco que aparece como el Tren del Pacifico y las famosas Vías del Samán, al último que beneficia es a Risaralda.
En un gobierno soberbio como el actual, que amenaza con convocar al pueblo a salir a la calle a defender sus reformas, poco esperanza hay de que oiga los justos reclamos de Risaralda; pero habrá que hacer hasta lo último para tratar de salvar viejos anhelos y necesidades urgentes de la Ciudad y el Departamento. Los congresistas, las autoridades locales y regionales, los gremios y las fuerzas vivas tienen la palabra.