El pasado martes, luego de algunos quebrantos de salud que lo tuvieron hospitalizado durante varios días en el hospital San Jorge, dejó este mundo y entregó su alma al Creador el exgobernador y excongresista conservador, José Ramón Ortega Rincón.
El doctor Ortega Rincón había nacido en el vecino Departamento del Quindío, en la población de Calarcá; pero hizo prácticamente toda su vida en Risaralda y específicamente en Santa Rosa de Cabal, población de la cual fue concejal en varias oportunidades, Alcalde municipal, presidente de la junta directiva de su Cámara de Comercio y miembro destacado de las juntas directivas de las principales organizaciones cívicas, sociales, gremiales y comunitarias de su ciudad.
En 1979 fue designado por el entonces presidente Julio César Turbay, gobernador del departamento, cargo que desempeñó en medio del contentamiento general, sin escándalos políticos, sin aspavientos, con extraordinario sentido común, con seriedad y dedicación, y sin el más leve cuestionamiento ético o moral.
De su gestión quedaron elocuentes testimonios de una tarea silenciosa pero efectiva, dedicada a la atención de las principales necesidades de los municipios del departamento en materia de infraestructura vial, de educación, de salud, de servicios públicos y especialmente en el campo social.
En su vida política representó al Partido Conservador en el Congreso de la República y desde allí ayudó a gestionar recursos importantes para muchos de los grandes proyectos que ha adelantado el departamento y acompañó a los distintos mandatarios locales y departamentales en sus gestiones ante el alto gobierno y las entidades nacionales.
Desde el punto de vista gremial, fue un abanderado y promotor de la Cámara de Comercio de Santa de Rosa. Bajo su sabia orientación esta entidad ganó un sitial muy importante dentro del comercio organizado, el empresariado del municipio y el turismo local. Fue tanto el amor que le tuvo a esta entidad que en uno de sus últimos actos le donó su biblioteca personal.
Buena parte de su ejemplar existencia la dedicó a los libros, a la escritura y a la cultura. Cuatro libros, varias reimpresiones y decenas de escritos sobre distintos temas enriquecieron su prolífico acervo literario. Su otra pasión fue la investigación sobre El Libertador, Simón Bolívar. Presidió la Sociedad Bolivariana, capítulo de Risaralda, y a su consolidación le dedicó buena parte de sus últimos años de vida. Pierden Santa Rosa de Cabal y el departamento un extraordinario hombre, y la decencia, la honradez y la humildad a uno de sus más connotados valores en la región. Desde estas líneas nos sumamos al pesar que embarga a todos los santarrosanos y risaraldenses por la partida de quien fuera su sobrio gobernante y su sabio consejero.