¿En dónde están las Fuerzas Vivas de la Ciudad y el Departamento, esas que se pusieron de pie para protestar contra el asfixiante centralismo de Manizales, esas que ninguna vicisitud las amilanó en la pretensión de constituirse en ente territorial independiente, esas que consiguieron después del sonoro portazo la sede de los Juegos Nacionales del 74, esas que contra todos los obstáculos mantienen a Matecaña como el aeropuerto regional, esas que no desmayaron hasta ver construido el centro de convenciones, ExpoFuturo, esas que le dieron a la región el Megacable, esas que impulsaron la creación de la Corporación Financiera de Occidente y el Hotel de Pereira y el Hospital San Jorge, y esas que no han renunciado a darle al Departamento un hospital de alta complejidad?
¿Qué se hicieron los bizarros cívicos que le dieron a Matecaña la moderna terminal de pasajeros que hoy muestra con orgullo, que transformaron la Universidad Tecnológica en una de la primeras del país, que convirtieron la galería de Pereira en un centro de cultura y esas que han mantenido vivo el Museo de Arte de Pereira?
¿Por qué ahora que el Ministerio de Transporte, el Invías y la Findeter le quieren pintar la cara al Departamento con el manejo de los recursos del peaje de Cerritos y con el cumplimiento del convenio “Vías del Samán” firmado con Departamento en presencia del Presidente de la República, nadie dice algo?
¿Por qué no ha habido una sola voz que se levante para pedirle al Ministerio de Transporte respeto por los compromisos firmados con Risaralda y para protestar por la actitud engañosa y el desprecio que muestra por la ciudad y el departamento cada vez que viene a Pereira a burlarse de sus autoridades y de los risaraldenses?
Hasta los pueblos indígenas más lejanos han taponado vías para protestar cuando han sentido que el Gobierno toca sus derechos constitucionales, en cambio aquí el folclórico Ministro de Transporte acaba de anunciar que los 75.000 millones de pesos que lleva recaudando anualmente el Invías desde que se venció la concesión Cerritos-La Victoria hace tres años, solo permitirán construir parcialmente el intercambiador de Galicia y que lo que haga falta se cobrará por valorización; y ni una sola voz se ha escuchado pidiendo una explicación ante semejante afrenta.
Acaso a las autoridades locales y regionales, a los dirigentes cívicos, gremiales y políticos del Departamento les parece una gran noticia, como lo dijo el Ministro de Transporte en Pereira la semana pasada, que la promesa de construir tres intersecciones viales en Galicia, El Tigre y Tacurumbí, varios puentes peatonales en la vía Pereira Cerritos, la doble calzada La Romelia-El Pollo y la doble calzada Cerritos-La Virginia, haya terminado en una sola obra, el intercambiador de Galicia y eso derramada por el sistema de valorización.
Pobres las ciudades que no tienen clase dirigente o que, como la nuestra, están viviendo de las glorias que consiguieron sus mayores frutos de su tenacidad, de su civismo, de la unión de fuerzas y, sobre todo, de su amor por la tierra.