Por fin parece que se le va a poner mano al llamado puente Curtiembres sobre el río Otún en la vía que une a Pereira con el Municipio de Marsella. Por lo menos ese fue el anuncio de las autoridades y el fin de semana pasado se cerró la vía al vecino municipio desde la variante La Romelia-El Pollo con el propósito de facilitar los trabajos preparativos.
El viejo paso de Curtiembres fue desmontado hace casi un año para dar vía a la estructura que debía soportar el nuevo puente; sin embargo, de las obras previas y del avance de la construcción de la nueva estructura no se volvió a saber nada, mientras los asiduos viajeros entre las dos ciudades cada día tienen más dificultades para hacer su recorrido.
Nadie explica por qué se tumbó el puente que había sin que se tuviera lista la nueva estructura de tal manera que cuando se desmontara el primero, inmediatamente se pudiera montar su reemplazo y evitar así el grave problema de movilidad que por casi un año ha generado la imprevisión de las autoridades respectivas.
Entre otra cosas, tampoco nadie explica por qué el empalme que a las carreras se hizo para comunicar la variante La Romelia-El Pollo con la vía entre el puente Curtiembres y Saludcoop, funcionó a apena una mañana y luego de la bulla y las fotos para la prensa, fue suspendido hasta el día de hoy.
Se dirá que el puente anterior estaba en muy malas condiciones, al punto que se había restringido el paso para vehículos pesados y que además, era una estructura muy estrecha que solo permitía el paso de un solo vehículo; y es cierto, pero por lo menos servía para aliviar el tráfico tráfico liviano que tiene la vía a Marsella.
La cantidad de personas que vive en Marsella y trabaja en Pereira, de jóvenes que están matriculados en las universidades locales, de agricultores que tienen sus tierras en el vecino municipio, de cultivadores que producen allá y venden el frutos de sus tierras acá y de servidores públicos que tiene sus familias en esa localidad pero prestan sus servicios en Pereira o Dosquebradas, es cada vez mayor, con el lógico perjuicio de una vía que cada día se ha hecho más difícil transitar no solo por la inexplicable demora en la construcción del nuevo puente, sino por los constantes derrumbes y las largas interrupciones en la vía principal.
Ojala, el anuncio del reinicio de las obras en el puente Curtiembres, sea definitivo y de verdad la nueva estructura esté lista para instalarla inmediatamente. Que no sea otra de las tantas improvisaciones oficiales que tanto perjuicio le causan a los habituales usuarios de esa vía, pero especialmente a los miles de ciudadanos que van y vienen todos los días por razón de su trabajo, de su estudio o de sus negocios.
