Por fin la inflación le da un respiro a la economía y a los colombianos. Según el reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, el Índice de Precios al Consumidor año corrido al cierre del mes de abril que acaba de terminar, fue del 12.82%, interrumpiendo una tendencia al alza mantenida en los últimos diez meses.
Este esperanzador resultado se debe fundamentalmente al moderado comportamiento de abril que según la entidad oficial fue de 0.87% y para el trimestre enero-abril del 5.38%, registros, especialmente el primero, que para los analistas confirman la tendencia estabilizadora de la inflación.
Aunque de todas maneras, si se compara el resultado a abril del año pasado, cuando la inflación estuvo en el 9.52%, con el que acaba de reportar el DANE para el cuarto mes del 2023, deja al descubierto la compleja tarea que tienen las autoridades económicas para alcanzar al final del año un IPC al menos igual al de hace un año.
Si bien es cierto que el informe de Política Monetaria del Banco de la República considera que al final del 2023 la inflación deberá estar en el 9.5%, cifra corregida porque en enero se estimaba en el 8.7%, también lo es que hay factores que pesan mucho en la configuración de la inflación y que no van a ayudar mucho en poder mantener el ritmo que le permita llegar a la cifra proyectada por el Banco Emisor.
Sostienen los conocedores del tema que el buen suceso de la inflación va a incitar al Gobierno a acelerar su cronograma de ajustes a los precios de los combustibles, lo que sin duda repercutirá de manera directa en la inflación poniendo en peligro los halagadores signos de regreso a un IPC de un dígito.
Si el aumento de 600 pesos que se acaba de decretar el Gobierno para la gasolina, se vuelve de 1.000 o de 1.200 pesos y a esto se le agrega los paros y bloqueos que hoy son el pan de cada día en las principales vías del país, el costo del transporte se tragará todo el buen comportamiento que puedan tener los demás componentes de la inflación.
Ojala, el Gobierno no tome nuevas medidas que puedan entorpecer el halagador proceso de desaceleración de la inflación. Ya han sido suficientemente dolorosos y devastadores los efectos de las normas que se dictaron en el pasado reciente para tratar de contener el desbordado crecimiento de la inflación.
De todas maneras, el dato de la inflación para el mes de abril último y para el año corrido, es una bocanada de aire para el difícil momento que vive la economía del país y una luz en el horizonte que permite mirar con mayores esperanzas el resto del año y el comportamiento del período venidero.