A17 un mes y mucho menos días si se repiten las fechas de los últimos años, de conmemorarse un nuevo aniversario de la Ciudad, nada se sabe, hasta ahora, de si habrá o no alguna celebración y cuándo se realizará.
El año pasado, por motivos entendibles y en el 2020 por obvias razones, la fecha aniversaria de la Ciudad pasó completamente desapercibida para los pereiranos, para los nativos que hace rato emigraron a otros lugares, pero que aprovechaban las celebraciones para visitar a sus amigos y familiares, y para los que acostumbraban cada año a venir a disfrutar de unos días de jolgorio y alegría.
Todavía, primero estaban presentes los efectos económicos de la pandemia y segundo, vigentes las recomendaciones y limitaciones de las autoridades de salud en los eventos masivos en lugares cerrados, el necesario distanciamiento social, el uso del tapabocas y el lavado permanente de manos, lo que hacía no prudente cualquier celebración.
Pero este año los pereiranos esperan que, menguados los contagios y normalizada la totalidad de las actividades cotidianas, empezando por las culturales y sociales, se pueda hacer una programación que, sin contrariar las todavía vigente recomendaciones de las autoridades de salud, permita celebrar una fecha tan importante para la Ciudad y promocionarla económica y turísticamente ante el país y el mundo.
Todas las ciudades tienen montado alrededor de sus fiestas tradicionales unas verdaderas empresas que al mismo tiempo que le llevan diversión y entretenimiento a todos sus habitantes, hacen la ciudad atractiva para los turistas, generan empleo para la gente, riqueza para su comercio y sus negocios, y, por supuesto, ingresos para las arcas municipales.
Y no es solo Medellín con su tradicional Fiesta de las Flores, sino también Manizales, y Calarcá con el Reinado del Café, y ni se diga Cali, y Barranquilla con su Carnaval y Pasto con el de Blancos y Negros, y Girardot, y Neiva, y Montería con su Feria Ganadera, y Valledupar con su Festival Vallenato; todas organizan unas verdaderas celebraciones que acaparan la atención del país y llenan sus hoteles y restaurantes de turistas.
Claro, todo esto exige organización, planeación, dedicación, amor por la ciudad y, sobre todo, tiempo para armar una adecuada programación que tenga equilibrio entre cultura, diversión, entretenimiento y actos institucionales, que sea llamativa y que le permita a los visitantes pasar un días alegres, tranquilos y seguros.
Y nada de esto es lo que, desafortunadamente ocurre en la Ciudad. A veinte dÍas de supuestamente celebrarse las fiestas aniversarias, nadie sabe si habrá o no celebración, cuando se va a realizar, qué eventos se tiene previsto hacer y quiénes vendrán a animar a los ciudadanos y, por supuesto, así es muy difícil que vengan los turistas y pereiranos que otras veces sí han venido a celebrar con Pereira su aniversario de fundación.