Yéndole bien a las tres ciudades, el Eje Cafetero apenas cumplirá con la programación que le quedó después de depurada y dejar vivos los deportes que es posible atender.
Mientras el Director de los Juegos Nacionales y Paranacionales que se deberán desarrollar en el Eje Cafetero el próximo mes de noviembre y la Ministra del Deporte, dieron esta semana un parte de tranquilidad sobre la construcción de los escenarios que hacen falta para poder cumplir con las justas deportivas, la Procuradora General de la Nación que visitó la Ciudad la seman pasada, dijo todo lo contrario.
Según la doctora Margarita Cabello Blanco, hay escenarios, como el Coliseo Menor, de Pereira cuyas obras tienen apenas un avance del 3.4% y otros que, a menos de siete meses de iniciarse el evento, ni siquiera cuentan con los diseños y la viabilidad técnica indispensables para iniciar el proceso de contratación y construcción.
A quién creerle, no se sabe, lo único cierto es que a pasar de los permanentes llamados desde hace mucho tiempo de los dirigentes deportivos de la Ciudad y de las región, de las alertas de los medios de comunicación y de las preocupaciones, aunque expresadas en voz baja, de los mandatarios locales, el cumplimiento del cronograma cada vez se ha hecho más imposible y lo único que se ha oído de las autoridades deportivas nacionales es el mismo estribillo, que los juegos están asegurados.
Tres ministros han pasado desde que el Presidente anunció que el Eje Cafetero sería la sede los XXII Juegos Nacionales y VI Deportivos Paranacionales, dos Directores Nacionales del evento y ya nadie sabe cuántas visitas oficiales de toda clase de funcionarios del Alto Gobierno, y hoy, a seis meses de iniciarse el evento, las cosas están casi iguales que como estaban el primer día.
Ya hay inclusive disciplinas que están siendo asignadas a otras ciudades del país que ya tienen los escenarios adecuados y no necesitan inversión alguna para recibir estos deportes, porque los recursos y especialmente el tiempo no permiten adelantar las obra que se necesitan para que la región pueda cumplir con el compromiso adquirido.
Por supuesto, la culpa no es exclusiva de los tres departamentos y ni siquiera la mayor parte se puede endilgar a ellos. Como siempre la lentitud oficial y la pasividad del Gobierno Nacional para cumplir con sus responsabilidades, pone en aprietos a las regiones; pero en último término el que sufre por la desidia oficial y el que queda mal es la ciudad y la región.
Todo indica, pues, que estos no serán, como lo afirmó el Gobernador de Risaralda, los mejores Juegos Nacionales que se han realizado en el país. Yéndole bien a las tres ciudades, el Eje Cafetero apenas cumplirá con la programación que le quedó después de depurada y dejar vivos los deportes que es posible atender.