Hugo Ocampo Villegas
Mucho más allá del impulso económico y desarrollo que en términos generales propicia en una ciudad o región la realización de un evento deportivo masivo, en el caso de Pereira y su entorno los Juegos Nacionales y Para Nacionales 2023 constituyen una nueva oportunidad para renovar su infraestructura deportiva cuyos actuales escenarios de muchos años son anticuados, aparte de carecer de otros.
Mientras que el deporte risaraldense ha progresado a pasos agigantados sus coliseos deportivos han envejecido, ha crecido el número de disciplinas que se han ido apiñando en los pocos escenarios existentes u ocupando sitios poco adecuados para su práctica.
El bádminton ruega por un espacio en toda parte, la esgrima entrena debajo de una tribuna en el estadio, el atletismo tiene que viajar incluso hasta Ibagué para prepararse de cara a un evento nacional.
Desde que en 1974 los Juegos Nacionales partieron en dos la historia del deporte risaraldense cuya capital Pereira celebró la construcción de su estadio de fútbol, los coliseos mayor y menor, el velódromo, un diamante de béisbol y la piscina olímpica, han pasado más de cuatro décadas en el tiempo sin una renovación al ritmo de las exigencias modernas del deporte y el incremento de su potencial humano.
El estadio, la única excepción
El estadio Hernán Ramírez Villegas es la única excepción de lo que ha acontecido con los escenarios de la ciudad con el paso de los años.
Gracias a la realización del Campeonato Mundial Juvenil del 2011 se modernizó en su diseño y estructura funcional. Un estadio del que hoy nos sentimos orgullosos, pero con un precio muy lamentable derivado del ‘autogol’ de haber acabado con su pista atlética porque no era dizque compatible con el fútbol. Y todos lo aceptamos.
La piscina olímpica es tal vez el único escenario de los construidos para las justas de 1974 que ha ofrecido unas condiciones adecuadas para la práctica de los deportes acuáticos, ayudada con su piscina escuela, pero hoy es insuficiente para darle cabida a otras disciplinas que aparecieron en el tiempo: la natación con aletas, el rugby subacuático y el triatlón.
Tres juegos, un solo escenario nuevo
Desde aquellos Juegos Nacionales de 1974 Pereira ha sido sede de otros eventos masivos como la subsede de los Juegos de 1988, que se hicieron en cinco ciudades entrando en la época de la llamada descentralización organizativa, como los Juegos Internacionales del Pacífico en 1995 y los Juegos Bolivarianos del 2005, el evento más importante celebrado en nuestra ciudad de tipo olímpico. Pero, en materia de escenarios casi nada dejaron. Salvo los Bolivarianos con la construcción del mal llamado Coliseo de Deporte de Combate, un galpón que es un sitio más para entrenamiento que para competencia, donde se aprietan en una especie de inquilinato tres deportes. Y no hubo más. Apenas si las mejoras en los existentes.
Otro beneficio no directo derivado de este certamen internacional fue, muchos años después, la ubicación del campo para la actividad del tiro con arco. Esa competencia se realizó adecuando las canchas de fútbol de la Liga y lo importante fue que sembró la semilla para que este deporte creciera y merced a sus éxitos lograr que le dieran su propio espacio pues sus deportistas entrenaban en una finca. Al coliseo mayor le levantaron su piso de competencia para que el público estuviera más cerca de los deportistas y hasta hablaron de ubicar allí, debajo de dicha placa, las oficinas para las ligas deportivas, pero todo terminó en un parqueadero público. Y producto de algunos esfuerzos aislados se adecuó en el Parque del Café una pista de bicicross y la Corporación Deportiva puso al servicio una cancha sintética de fútbol, pero sin camerinos ni otras mínimas comodidades para los que allí juegan. Y se construyó un skate park para atender una opción recreo deportiva de los jóvenes con el patinaje y el ciclismo extremo.
Oportunidad con austeridad
Los Juegos Nacionales y Para Nacionales 2023 constituyen entonces una nueva oportunidad para mejorar la infraestructura deportiva de Pereira y su entorno, pero bajo otra perspectiva obligada por la austeridad que hoy se aplica al desarrollo en Colombia de los certámenes masivos. Al compartir la sede con varias ciudades para cada una de ellas sólo aplica la intervención física en los deportes que le fueron asignados. La gran obra proyectada por el municipio y el departamento es la construcción del Coliseo Multipropósito en el sector de Gama para albergar a las disciplinas bajo techo, dándole prioridad a aquellas que no cuentan con escenario propio. Será una inversión conjunta con la nación.
Los deportes que no tendrán competencia en Pereira no serán grandes beneficiados en el presupuesto global y cualquier otra obra sería del resorte local. Así como está ocurriendo con el atletismo que aspira a recuperar su pista en el estadio de la Villa por iniciativa de la actual administración municipal.
El velódromo, del cual nos ufanábamos antes como uno de los mejores de Suramérica con sus 333,33 metros, requiere de una enorme inversión para recuperarlo de tal manera que vuelva a ser el epicentro de grandes competencias internacionales como en otrora se realizaban. Si no hay plata, de seguro su programación terminará corriendo hacia Cali.
Y quedan muchas más inquietudes: el ajedrez se jugará en la comodidad de Expofuturo pero nuestros ajedrecistas seguirán apiñados en el Coliseo Menor, el sitio menos propicio para su práctica; las pistas de la bolera que funcionaba en la Julita acaso seguirán arrumadas sobre un piso porque su sitio futuro no es claro: el béisbol seguirá disputando su escenario tan necesitado por el fútbol que lo ha venido utilizando. Y y las piscinas ya son insuficientes para 7 disciplinas que se practican allí. En tanto, del patinódromo, qué?